Nuestro Dios ya determinó lo que hará contigo.
Cuando confiamos en el Señor, podemos levantar las manos y decir, Padre, tú tienes el control y tú sabes lo que tú me has enviado a hacer.
Así que todo lo que se tenga que normalizar, se tiene que normalizar.
Jesús está enseñando a sus discípulos la importancia de permanecer en Él. Y dice, ciertamente, yo soy la vid.
Es una metáfora que él usa y dice, ciertamente, yo soy la vid. Ustedes son las ramas, los que permanecen en mí. Y yo en ellos producirán mucho fruto, porque separados de mí no pueden hacer nada.
Y me llama la atención esta parte cuando dice, separados de mí no pueden hacer nada. Porque muchas veces he escuchado gente cuando hemos hablado y me dicen, yo no necesito al Señor para tener un buen trabajo.
No necesito ir a la iglesia para hacer esto porque mira, económicamente estoy bien, tengo lo que yo quiero. Y eso de que sin mí nada podéis hacer, eso no va conmigo porque yo estoy bien.
Jesús usa la metáfora sobre la vid.
Para que los pámpanos den frutos necesitan estar en la vida. La vid es Jesús, los pámpanos sus discípulos. Y los discípulos para tener frutos necesitan estar conectados a Jesús.
Realmente lo que está hablando el Señor cuando dice, lejos de mí nada podéis hacer. Cuando tenemos a Jesús a nuestro lado, cuando metemos a Jesús en nuestros planes, en nuestras decisiones, en lo que vamos a lograr o lo que queremos alcanzar, ¿sabe lo que sucede? Que los resultados superan nuestras expectativas.
Nos vamos a sorprender de cuáles son los resultados. Una de las cosas importantes que debemos preguntarnos en esta mañana es si estamos viviendo con Él o estamos viviendo para Él.
Vivir en Cristo es que lo que yo hago en mi trabajo, en mi negocio, lo que yo hago en mi casa donde nadie me ve, donde solo me ve mi familia.
En el lugar secreto donde aparentemente nadie me está viendo, lo que yo hago cuando vivo en Cristo, lo que pasa es que refleja a Cristo.
Cuando usted camina, refleja a Cristo. Cuando usted habla, refleja a Cristo, aún si callas reflejas a Cristo. Si miras a alguien que es distinto a ti, reflejas a Cristo. No tienes que estar buscando quedar bien, porque lo que tú estás haciendo es reflejando a Cristo.
El ADN de Cristo se va a reflejar en todo lo que hagas.
Te levantas, caminas, hablas, no hablas, te acuestas a dormir, comes, en todo reflejas a Cristo. Porque ya no estás viviendo para Cristo, sino que vives en Cristo.
Todo lo que haga, todos sus resultados se tornan para bien, no solo para ti, sino para los que están alrededor tuyo.
Dice Filipenses 1:21, pues para mí vivir significa vivir para Cristo y morir es aún mejor. Eso es lo que a muchos no nos gusta, morir aún es mejor, morir a tu yo.
Eso es morir, a tu orgullo. Morir a los deseos.
Yo creo que eso debe de ser una razón suficiente para decir, Señor tal vez me he sentido desanimada, desanimado, pero tú dices en tu palabra y un escrito está, que tú has vencido.
Momentos Difíciles.
Van a venir pruebas, van a venir tristeza, va a llegar ese momento de estar desanimado, eso es válido. Tómese una semana, dos semanas si quieres. Lo que no es válido es que pasen los años y tú sigas batallando por lo mismo.
No es válido, ¿sabes por qué? Porque la palabra me dice que en el mundo vas a tener, vamos a tener situaciones, vamos a tener situaciones, nos van a dar el deseo de dejarlo todo.
Va a llegar el momento de decir, si esto es servir al Señor, yo prefiero estar tranquila en mi casa, viendo Netflix, viendo lo que sea, pero yo ¿para qué? Eso es válido que llegue.
Lo que no es válido es dejar que ese sacrificio que Jesús hizo en la cruz, en tu vida no sirva de nada. Y la palabra a mí me dice:
Yo he vencido todo lo que estás viviendo. Hay una salida. No te preocupes. Déjalo. Levántate. Límpiate la cara.
Tengo Un Propósito.
Mírate al espejo y di, yo soy un hombre con propósito. Yo soy una mujer con propósito. Tal vez no lo estoy viendo ahora, pero yo tengo que declarar lo que la palabra dice que yo soy. Yo tengo que decir, mi padre ya venció y si él venció, yo voy a vencer.
Yo me voy a levantar aún con desánimo, aún con cansancio, aún con lo que sea.