Un factor determinante en el tema de la obediencia siempre será saber que primero es Dios sobre de toda circunstancia.

“Entonces la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: —Apártate de aquí, dirígete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán. Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te sustenten allí.” (1Re 17:2-4)

En este pasaje de la Escritura El Señor nos está enseñando, que si obedecemos a su Palabra, Él también se hará cargo de nuestro cuidado, provisión y de nuestro sustento.

En estos últimos tiempos en los cuales se han estado manifestando crisis mundiales, incremento en el costo de lo esencial y escasez de productos básicos; nuestra fe y confianza en Dios es fundamental para ver la mano poderosa de Dios en favor de sus hijos.

Porque tenemos a un Dios de detalles, El Señor no solo desea que le obedezcamos, Él está interesado en los detalles sobre cómo obedecemos.

Dios desea que le obedezcas de la manera correcta y por las razones correctas.

LOS CUERVOS SUSTENTAN A ELÍAS

Dios para sustentar a Elías usó a los cuervos; un medio nada convencional y mucho menos seguro.

Cuando nosotros obedecemos a la voz de Dios, Él usará “cualquier” medio para sustentar nuestra necesidad.

Además del profeta Elías, los cuervos debían obedecer la orden de Dios de sustentar al profeta. Los cuervos son animales que les gusta la carne, sin embargo, Dios les pone la “tarea” de llevarle a su siervo dos veces al día, pan y carne.

La Obediencia De Los Cuervos

De la misma forma, aunque a la naturaleza pecaminosa, le gusta satisfacer los deseos de la “carne”, debemos de obedecer a Dios fielmente.

Debemos dejar que el Espíritu Santo nos guíe en la vida. De esta forma no nos dejaremos llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.

“Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.” (Gal 5:16-17)

La clave consiste en buscar a Dios en todo momento, todo aquel que busca a Dios le es suplida toda necesidad.

“Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen. Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al SEÑOR no carecerán de bien alguno.” (Sal 34:9-10)

El arroyo de Querit se encontraba enfrente del río Jordán, lo que le hacía recordar a Elías que era tiempo de humillarse delante de la presencia de Dios.

En los tiempos de procesos es necesario permanecer humillados delante de la presencia del Señor, buscar su refugio y su provisión.

“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” (1Pe 5:6-7)

Mantener una actitud de humildad y no de autosuficiencia es lo que provoca la mano generosa de Dios.

LA VIUDA SUSTENTA A ELÍAS

“Entonces la palabra del SEÑOR vino a él y le dio este mensaje: «Ve ahora a Sarepta de Sidón, y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer.»” (1Re 17:8-9)

Ahora encontramos a una viuda que atravesaba, seguramente, otro momento difícil en su vida, pensaba o creía que ella y su hijo iban a morir de hambre. Ella se estaba apoyando más por lo que veía y creía.

Pero ella respondió: Vive el SEÑOR tu Dios, que no tengo pan, sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos. (1Re 17:12 LBLA)

Ella creía que iba a morir porque veía que estaba en escasez; “pensaba” que era lo único que tenía.

Primero Es Dios

Entonces Elías le dijo: NO TEMAS; ve, haz como has dicho, pero PRIMERO hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el SEÑOR mande lluvia sobre la faz de la tierra.” (1Re 17:13 LBLA)

Para la viuda llegó el momento de CONFIAR EN JEHOVÁ Y SU PALABRA CON TODO su corazón o SEGUIR CREYENDO en lo que ella sabía que podía acontecer.

No era fácil hacerlo, había crisis económica, escasez, años sin cultivar la tierra, esa harina era lo último que le quedaba. Pero la Biblia dice:

“El que confía en Jehová está a salvo” (Proverbios 29:25).

La viuda obedeció a la Palabra de Dios, puso primero su confianza en Dios antes que su situación. Ella creyó a la palabra del profeta Elías. El sustento llegó a su casa, no le faltó alimento tanto a ella como a su hijo.