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Tenemos un Dios maravilloso, que hace grandes maravillas, el Dios excepcional el cual adoramos hace cosas únicas y esplendidas.

Y ya que contamos con un sumo sacerdote excepcional que ha traspasado los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengámonos firmes en la fe que profesamos. (Heb 4:14 BLPH)

Ser excepcional es que constituye excepción de la regla común. Es aquello que sale de lo habitual o de lo normal. Que se aparta de lo ordinario, o que ocurre rara vez.

No está sujeto a una regla en particular; Él gobierna sobre toda circunstancia y reina sobre todo dominio.

Adoramos y alabamos a un Dios excepcional.

Ese Dios a quien adoramos hace cosas únicas, excepcionales, que se salen de todo lo habitual y ordinario.

Por lo tanto debemos de estar preparados para que sucedan cosas únicas y extraordinarias, cosas que se salgan de lo común.

Tenemos que confiar y tener la expectativa de que en cualquier momento sucedan cosas que ni siquiera nos hemos imaginado.

“sino como está escrito: «COSAS QUE OJO NO VIO, NI OÍDO OYÓ, NI HAN ENTRADO AL CORAZÓN DEL HOMBRE, son LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LO AMAN».” (1Co 2:9)

DIOS HACE COSAS EXCEPCIONALES

Dios puede hacer con mi familia una excepción, puede hacer algo diferente y maravilloso.

“Pero en verdad les digo que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra, pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón .” (Luc 4:25-26)

Dios puede hacer conmigo una excepción. La viuda de Sarepta fue la excepción, habían muchas otras viudas, pero ella había recibido una orden especial de Dios.

“También había muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado sino el sirio Naamán. Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira,” (Luc 4:27-28)

EL DIOS EXCEPCIONAL

Muchas viudas y muchos leprosos, pero Dios hizo excepción con personas de fe; personas que no estaban tomadas en cuenta.

Dios hizo una excepción a la norma y acudió a la ayuda de estas personas. De la misma forma lo hará con nosotros.

Durante el tiempo de oscuridad en Egipto, el pueblo del Señor habitaba en medio de la luz.

“Moisés extendió su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas por toda la tierra de Egipto, durante tres días. No se podían ver unos a otros ni nadie se movió de su lugar durante tres días. Pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas.” (Exo 10:22-23)

Podrán venir tiempos de oscuridad y tinieblas sobre el mundo, pero en nuestra casa siempre estará brillando la luz del Señor.

EL REY DAVID FUE LA EXCEPCIÓN

El Señor hizo una excepción a la regla con David, él no era tomado en cuenta, no era hijo legítimo, no llenaba los requisitos para ser ungido, pero Dios hizo una excepción.

David tenía muchos hermanos que llenaban los requisitos para ser el próximo rey, pero Dios se había fijado en él, sin requisitos pero con el favor de Dios.

Dios no ve como el hombre mira, el Señor mira el corazón.

EL REY EZEQUÍAS

“Este mensaje está dirigido al rey Ezequías de Judá. No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe con promesas de que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. Tú sabes perfectamente bien lo que han hecho los reyes de Asiria en todos los lugares donde han ido. ¡Han destruido por completo a todo aquel que se ha interpuesto en su camino! ¿Por qué serías tú la excepción?” (2Re 19:10-11)

El mensaje en contra del rey Ezequías consistía en hacerle creer que Dios no podía hacer una excepción con él.

Le enviaron una carta para hacerle recordar que ningún otro pueblo pudo en contra del rey de Asiria.

La carta lo amenazaba, pretendía que se rindiera antes de tiempo, el mensaje tenía como objetivo que Ezequías no confiara en el Señor.

LA ORACIÓN DE EZEQUÍAS

Ezequías llevó la carta que le enviaron al templo del Señor. Estando delante de la presencia de Dios abrió la carta y la leyó.

“Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego subió al templo del SEÑOR, la desplegó delante del SEÑOR, y en su presencia oró así: «SEÑOR, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines: sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra.” (2 Re 19:14-15)

Hoy la carta que se ha emitido puede decir que no saldrás nunca de esa condición en la que te encuentras, que tus hijos no alcanzarán la salvación. Posiblemente la carta anuncia que Dios no proveerá, que el negocio fracasará.

Posiblemente el mensaje que ha llevado la carta por años nos tiene estancados y retenidos.

Despliegue la carta acusadora delante del Señor y crea porque el Dios excepcional hará una obra única con su vida.

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