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Cuando hablamos de fe es casi inevitable sacar a colación a Abraham, como dice el apóstol Pablo en su carta a los Romanos, padre de todos lo que tienen fe.

Su vida y testimonios citados en las escrituras han trascendido por miles de años. Una forma de describir la vida de este hombre sería un viaje de extrema confianza.

Los rabinos judíos tenían un dicho que decía: “Lo que está escrito de Abraham está escrito de sus hijos”. Queriendo decir que las promesas que Dios le hizo a Abraham se aplican también a sus hijos.

Lo que puso a Abraham en perfecta armonía con Dios fue el creer Su palabra. Share on X

Y se cumplió la Escritura que dice: Y ABRAHAM CREYO A DIOS Y LE FUE CONTADO POR JUSTICIA, y fue llamado amigo de Dios.(Stg 2:23)

No Vaciló Como Incredulo.

“Sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,” (Rom 4:20)

En el año 2020 el mundo entero está atravesando una pandemia mundial de un nuevo coronavirus llamado COVID-19; y la fe de muchos puede titubear.

Esta pandemia a producido una “sacudida” que hace tambalear la fe de muchos, la incertidumbre por saber que será del mundo en los próximos días hace que muchos pongan su confianza en diversas alternativas.

Abraham no titubeó con incredulidad, no dejo espacio libre a las dudas en la palabra de Dios. Esto nos hace recordar que debido a la incredulidad nuestro Señor Jesucristo no hizo milagros en una ciudad.

“Y por la incredulidad de ellos, no hizo allí muchos milagros.” (Mat 13:58)

La incredulidad retiene milagros, obstaculiza ver realizadas muchas señales.

En tiempos como el que el mundo está viviendo no debemos permitir que la incredulidad impere también en nuestros corazones.

Por tanto, si lo que le puso en la debida relación con Dios fue estar dispuesto a dar crédito a Su palabra, lo mismo nos sucederá a nosotros.

Al igual que Abraham, en tiempos de incertidumbre, pruebas o confusión, Abraham actuaba y caminaba creyendo en la palabra de Dios.

Extrema Confianza

La esencia de la fe de Abraham fue que creyó que Dios puede hacer posible lo imposible.

Mientras creamos que todo depende de nuestro esfuerzo no tenemos más remedio que ser pesimistas, porque la triste lección de la experiencia es que es muy poco lo que podemos lograr con nuestro esfuerzo.

Cuando nos damos cuenta de que no es nuestro esfuerzo sino la Gracia y el poder de Dios lo que importa, entonces podemos ser optimistas, porque podemos creer que no hay imposibles para Dios.

Junto con su esposa, estuvo dispuesto a ir contra la corriente. Lo cual nos enseña un principio acerca de cultivar verdadera fe, nosotros debemos hacer lo mismo, sin tener miedo a ser diferentes.

Demos Gloria a Dios.

Dar gracias a Dios en todo tiempo es hacer su voluntad, aun en medio de esta difícil situación, debemos de darle gracias a Dios.

Él es fiel y no abandona a sus hijos. Una de las maravillosas promesas de Dios es que siempre estará con nosotros.

“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isa 41:10)

Sigamos caminando en extrema confianza; creyendo a la Palabra de Dios, dejando a un lado la incredulidad y ser fortalecidos en fe. Recuerde, nuestro Dios es el mismo de ayer, hoy y siempre.

Si lo hizo una vez, lo hará otra vez.


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