Existen algunos factores o circunstancias que impiden que nos podamos acercar a Jesús.
Entre las cosas que impiden que las personas se acerquen a Jesús están la multitud de personas.
Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. (Lc 19:1-3)
Zaqueo un hombre de pequeña estatura trataba de ver a Jesús, la Biblia menciona que era jefe y hombre rico, pero a pesar de tener estas características por sí mismo él no podía ver al Señor.
Este hombre necesitó de un árbol sicómoro para adquirir la estatura adecuada y poder ver a Jesús, para este hombre su posición y riqueza no eran suficientes para alcanzar a ver al Señor.
Zaqueo está enseñándonos una gran lección, porque así como él habemos muchos que anhelamos ver a Jesús, ver sus manifestaciones, sus respuestas, sus milagros pero necesitamos adquirir una cierta “estatura” para lograrlo.
Estatura nos está hablando de madurez, la Biblia habla de lograr alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes llevados por doquiera de todo viento de doctrina.
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;” (Efe 4:13)
Nuestra responsabilidad es ayudar a los “pequeños” de estatura a facilitarles acercarse a Jesús; Zaqueo literalmente se subió en un árbol, lo que significa que tenemos que “soportar” la carga de otros.
No sólo no debemos dañar a nadie; debemos hacer todo el bien que podamos a todos. Los que son escogidos de Dios, santos y amados, deben ser humildes y compasivos con todos.
“Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia (tolerancia); soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. ” (Col 3:12-13)
Cuando Jesús entró a la casa de Zaqueo muchos hablaron, las reacciones fueron inmediatas, la Biblia dice que todos murmuraban de él diciendo: Ha ido a hospedarse con un pecador.
Sí, un pecador que logró subirse a un árbol que le permitió ver a Jesús y provocar que fuera a hospedarse a su propia casa, hoy nosotros podemos ser también de esos árboles para que muchos pecadores puedan alcanzar a ver al Salvador, arrepentirse, reconciliarse y así tener vida eterna.