Algo que tenemos que tener claro y presente cada día de nuestra vida es que el Señor sigue trabajando en y con nosotros. Los planes de Dios al día de hoy siguen vigentes.
Una vez aceptamos ser sus discípulos debemos de negarnos a nosotros mismos tomar la cruz y seguirlo.
“Luego dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.” (Mat 16:24)
Negarse a sí mismo es decirle a ese Yo que hay dentro de nosotros, y que nos inclina a ser egocéntricos, autónomos y autosuficientes, que no queremos seguir nuestros propios planes ni servir a nuestros propios intereses.
Nosotros debemos depender en todo de Dios, hacer y alcanzar todo cuanto Él tenga pensado para nosotros. No son nuestros propios planes, son los planes de Dios.
Tomar nuestra cruz significa que debemos dejar atrás el pecado, los engaños de Satanás, las obras infructuosas de las tinieblas y poner nuestra mirada en Jesús el autor y consumador de nuestra fe.
EL PROPÓSITO DE DIOS
Cuando Él estableció su propósito en nuestra vida sabía que lo podríamos alcanzar si confiábamos plenamente en sus planes.
El Señor estaría con nosotros en cualquier situación que pasemos camino al cumplimiento del propósito de Dios.
Ese camino se torna muchas veces complicado y difícil, esa ruta hacia el propósito de Dios no siempre es fácil, habrán momentos que se querrá abandonar.
Pero es en esos momentos difíciles que Dios nos sostiene con su Palabra.
Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmos 23:4)
Jesús Quiere Mostrar Su Gloria
“Las dos hermanas mandaron a decirle a Jesús: Señor, tu amigo querido está enfermo.” (Juan 11:3)
Este pasaje inicia cuando Jesús recibe el mensaje de las hermanas de su amigo amado Lázaro, el cual decía que estaba enfermo y que era necesaria su presencia.
Para Jesús el camino no era fácil, era complicado, pero el resultado y el propósito en la vida de su amigo sería para la gloria de Dios.
“Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado.»” (Juan 11:4)
De Regreso a Judea
“Después dijo a sus discípulos: —Volvamos a Judea. —Rabí —objetaron ellos—, hace muy poco los judíos intentaron apedrearte, ¿y todavía quieres volver allá?” (Juan 11:7-8)
Los discípulos tienen razón al decirle a Jesús que hay peligro en hacer lo que les ha dicho.
Efectivamente en esa región quisieron apedrearlo a causa de sus enseñanzas. Como lo mencionamos anteriormente, la ruta a la manifestación de la gloria de Dios muchas veces no es fácil.
Jesús tenía el propósito y compromiso de ir a resucitar a su amigo Lázaro, Él iba a ser glorificado a causa del milagro de Lázaro, muchos creerían en Él por causa del milagro de Lázaro.
Esa misma convicción debemos de tener nosotros, muchos vamos a escuchar voces de los que están a nuestro alrededor queriéndonos desviar del propósito de Dios.
Nuestra oración diaria debe de ser que Dios nos muestre y señale el camino que debemos seguir.
“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.” (Salmos 143:8)
Que todos nuestros caminos sean señalados por el Señor para poder alcanzar su propósito. Aunque parezcan complicados y tormentosos, si vamos en el camino señalado por el Señor estamos seguros.
Los Lugares De Aflicción
Para ver que la gloria de Dios y que Jesús sea glorificado y exaltado muchas veces tendremos que atravesar por lugares de rechazo, menosprecio, desilusión o frustración.
Haga de cuenta que el Jesús que está en usted debe de resucitar a un muerto, sacarlo de la tumba, desatarlo para luego sentarse con él a la mesa.
La situación difícil que hoy pueda estar atravesando representa, lo que para Jesús significaba pasar otra vez por Judea.
Un lugar donde su vida se ve en peligro, en donde la palabra de Dios no fue bien recibida.
Quizá pueda estar atravesando una crisis, escasez, enfermedad o problemas en su familia. Pero debe tener la seguridad que el Señor cumplirá su propósito; Él está con usted cuando atraviese el momento difícil.
“Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; y cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.” (Isa 43:2)
De la misma forma que condujo a su pueblo por el desierto durante 40 años hasta llevarlo a la tierra prometida; guiados por la columna de nube y fuego, alimentados con pan del cielo y bebiendo agua de la Roca, así nuestro Dios se encargará de llevarnos a cumplir cada una de sus promesas.
Los Planes De Dios
Mientras atraviesa su “Judea” refugiese en la sombra del Todopoderoso, al abrigo del Omnipotente.
“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al SEÑOR: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.” (Sal 91:1-2)
El destino de Lázaro no era una tumba, el Señor tenía pensado un día estar sentado a la mesa junto a su amigo y que toda Judea viera la gloria de Dios y al Hijo de Dios glorificarse.
Los planes de Dios para nosotros no son para que quedemos avergonzados, los pensamientos de Dios con respecto a nosotros son de bien y no de mal.
Muy pronto habrá atravesado ese camino tormentoso, el tiempo de una nueva temporada está por llegar, la luz de un nuevo amanecer está pronto a aparecer. Siga caminando, siga adelante, nuestro Dios Omnipotente está caminando con nosotros.
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