Hay Poder En La Palabra
Cuando descubrimos la verdad y el poder en la Palabra de Dios, veremos los cambios que solo esta verdad puede traer. Hay poder en la Palabra y este se manifiesta en cualquier circunstancia por la que pueda estar atravesando.
Las crisis nos llevan a una mayor dependencia del Espíritu y de la manifestación de Su SOBRENATURALIDAD en cada circunstancia, tiempo y lugar.
La Biblia dice: Todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios. Todas las cosas incluyen esas circunstancias que muchas veces no podemos controlar.
Aún en tiempos de dificultad y en épocas de adversidad podemos tener abundancia.
El Señor protege la vida de los íntegros, y su herencia perdura por siempre. EN TIEMPOS DIFÍCILES SERÁN PROSPERADOS; EN ÉPOCAS DE HAMBRE TENDRÁN ABUNDANCIA. (Salmos 37:18-19 NVI)
Creamos En El Poder De La Palabra
Estas promesas debemos tenerlas siempre presentes, creamos que Dios cumplirá Su Palabra en nosotros a pesar de atravesar un mal momento.
“Porque él dijo, y fué hecho; él mandó, y existió”. (Salmos 33:9 RVA)
Muchas veces no hacemos nada porque nos parece que no es el tiempo oportuno. Pero, si esperamos a que las circunstancias sean ideales, jamás empezaremos nada.
Hay Poder En La Palabra Del Señor.
Si queremos un milagro, tenemos que aferrarnos a la Palabra de Dios cuando nos dice que probemos lo imposible.
Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié. (Isa 55:10-11 LBLA)
El mismo efecto que produce la nieve o la lluvia al caer del cielo, de regar la tierra y hacerla producir, se compara con el efecto que produce la Palabra de Dios cuando es enviada. La Palabra debe hacer producir lo que Dios quiere.
La tierra, todos los sistemas y reinos tienen que obedecer la voz de Dios. Cuando nuestro Señor desea y tiene un propósito específico con alguien o con algo, envía Su Palabra.
Su Palabra Produce
Así como la lluvia hace producir y germinar la tierra, de la misma forma la Palabra de Dios da las órdenes y hace producir lo que Él quiere. No importa, cuales sean las condiciones, no importa como están las circunstancias, todo sistema, reino o materia, tiene que obedecer a la Palabra de Dios. Tal como lo fue desde el principio de la creación.
Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él. Y fue así. (Gen 1:11 LBLA)
Dios dio la orden de hacer producir la tierra hierbas y vegetación, la tierra obedeció a la Palabra de Dios.
Conforme A Tu Palabra
Pedro no había pescado nada durante la noche, su esfuerzo no había producido resultados favorables; lavaba sus redes mientras escuchaba a Jesús subido en su barca; Pedro había “generosamente” prestado su barca a Jesús. Jesús le da la orden de ir mar adentro; a intentarlo otra vez. La crisis económica de Pedro estaba a punto de terminar.
Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; mas en tu palabra echaré la red.(Lucas 5:5 RVA)
TODA CREACIÓN OBEDECE A SU PALABRA.
Todo sistema tiene que obedecer a la voz de la Palabra de Dios, no importa las circunstancias, ni las condiciones, si Dios lo dijo, El lo hará.
En la tierra hubo hambre en los días de Isaac, como hubo en los días de Abraham, había crisis, escasez y hambre.
Pero Dios dio la orden, envió Su Palabra: habita en esta tierra, estaré contigo y te bendeciré; Dios busca estabilidad, comunión y la bendición llegará.
Y hubo hambre en la tierra, además del hambre anterior que había ocurrido durante los días de Abraham. Y se fue Isaac a Gerar, a Abimelec, rey de los filisteos. Se le apareció el SEÑOR, y dijo: No desciendas a Egipto; quédate en la tierra que yo te diré. Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham. (Gen 26:1-3 LBLA)
La primera orden fue no bajar a Egipto, el lugar de la esclavitud. Dios estaba dando a Isaac las nuevas coordenadas, le estaba marcando el lugar de la bendición, era ahí donde Dios estaba dando la orden a esa tierra de producir.
Sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el SEÑOR lo bendijo. (Gen 26:12 LBLA)
PORQUE DONDE NO HUBO, AHORA HABRÁ.
En este nuevo tiempo, Dios está enviando Su Palabra con la orden de hacer lo que Él desea; sin importar la condiciones o recursos disponibles, La Palabra de Dios es enviada para hacer y producir conforme a Sus planes para con nosotros.
Isaac sembró en tierra de hambre, cosechó ese año 100 veces más, fue prosperado y engrandecido.
En esa tierra le tenían envidia, los Filisteos cerraban los pozos que había abierto su padre Abraham; pero Dios lo seguía bendiciendo.
Los pozos estaban pero deshabilitados, cubiertos de tierra. Isaac sembró y Dios le abrió los pozos de agua.
El SEÑOR se le apareció aquella misma noche, y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, por amor de mi siervo Abraham. Él construyó allí un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo. (Gen 26:24-25 LBLA)
La fuente de agua viva que estaba seca, cubierta de tierra, ahora vuelve a brotar agua de vida. Como dice la Palabra, De tu interior correrán ríos de agua viva.
Recuerde que en Dios estamos seguros; busque refugio bajo las alas del Todopoderoso, bajo la sombra del Omnipotente, Él es nuestra esperanza.
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