En el orden de prioridades de nuestra vida primero es Su presencia. Buscar de todo corazón al Señor debe de ser lo más importante para nosotros.
“Luego hicieron un pacto, mediante el cual se comprometieron a buscar de todo corazón y con toda el alma al SEÑOR, Dios de sus antepasados. Al que no buscara al SEÑOR, Dios de Israel, se le castigaría con la muerte, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. Así lo juraron ante el SEÑOR, a voz en cuello y en medio de gritos y toques de trompetas y de cuernos. Todos los de Judá se alegraron de haber hecho este juramento, porque lo habían hecho de todo corazón y habían buscado al SEÑOR con voluntad sincera, y él se había dejado hallar de ellos y les había concedido vivir en paz con las naciones vecinas.” (2Cr 15:12-15)
Primero Es Su Presencia
El rey Asa y sus hombres estaban jubilosos por su más reciente victoria ante el ejército enemigo, conseguida a pesar de la adversidad abrumadora. Era una diferencia de medio millón de soldados.
El profeta Azarías les recordó que el Señor estaba con ellos porque ellos le habían buscado. Pero Él les dejaría si ellos le dejaban a Él.
Y la historia demostraba muchas veces que Israel había dejado a su Dios. Como consecuencia no tenían paz, y eran continuamente derrotados por sus enemigos.
Mas cuando la nación buscaba al Señor, comprobaban que Él siempre estaba dispuesto a perdonar y restaurar.
“Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón.” (Jer 29:13)
MI PRESENCIA IRÁ CONTIGO
“Yo mismo iré contigo y te daré descanso respondió el SEÑOR. O vas con todos nosotros replicó Moisés, o mejor no nos hagas salir de aquí.” (Exo 33:14-15)
Moisés quería estar seguro que la presencia del Señor lo acompañaría; de lo contrario estaba dispuesto a no seguir adelante. Aunque la promesa estaba asegurada, Moisés estaba dispuesto a renunciar a ella si el Señor no lo acompañaba.
En ocasiones preferimos obtener la “promesa” sin considerar si el Señor estará con nosotros. Nos conformamos con lo material sin considerar si la presencia del Señor estará con nosotros.
En otras palabras Moisés estaba diciendo que era mejor el desierto lleno de la presencia de Dios que una tierra prometida sin el Señor.
Lo Más Importante Es Su Presencia
Si buscamos al Señor de todo corazón Él estará con nosotros y tendremos éxito y todas las cosas saldrán bien.
José en su condición de esclavo en Egipto nos demuestra que las condiciones no impiden que la presencia de Dios se manifieste en nuestra vida.
Todas las cosas que José hacía el Señor las hacía prosperar porque la presencia de Dios estaba con él.
Aún estando en condición de prisionero Dios seguía estando con él y todo lo que hacía prosperaba.
“El SEÑOR estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en la casa de su amo egipcio. Potifar lo notó y se dio cuenta de que el SEÑOR estaba con José, y le daba éxito en todo lo que hacía.” (Gen 39:2-3)
FRUTOS DEL ESPÍRITU
Mantenernos en la presencia de Dios va más allá de experiencias o manifestaciones externas. Es mantener una relación estrecha y constante con el Espíritu Santo.
Es producir frutos del Espíritu; renovar nuestros pensamientos y cambiar nuestras actitudes. Pero, ¿cómo se producen estos frutos? ¿Por el esfuerzo humano? No, en absoluto. Son producidos al vivir en comunión con el Señor.
Obedecer al Señor siempre produce que Su Espíritu Santo nos transforme a imagen de Cristo.
“Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. Y el Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.” (2Co 3:18)
Así como el pámpano obtiene toda su vida y alimento de la vid, así los hijos de Dios obtienen su fuerza de la Vid Verdadera, y es así capaz de vivir una vida llena de fruto para Dios.
“Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí.” (Jua 15:4)
Tomemos la determinación de buscar con todo el corazón al Señor; acercarnos a Él hará que nuestra vida produzca frutos agradables.