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Una Lluvia De Bendiciones

La Biblia nos enseña que todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará; el que cultiva no puede estar esperando recibir algo sino ha sembrado nada. De la misma forma todos en algún momento de nuestra vida esperamos la cosecha de lo que sembramos; esperamos que Dios envíe su bendición sobre nuestra vida y recibir nuestras promesas.

Pero lo mínimo que podemos hacer para recibir cosecha es preparar el terreno, limpiar, arar y sembrar la buena semilla. No sabemos como crece la semilla dentro de la tierra, pero dice la escritura, la semilla brota y crece de un modo que no se sabe.

Siembre Una Semilla

Es el tiempo propicio para depositar la buena semilla, es la hora de sembrar para cosechar; Dios ha preparado la tierra todo este tiempo, ha hecho los surcos y ha ablandado el terreno, El Señor durante todo este tiempo ha trabajado en los corazones de los que anhelan recibir una semilla buena.

Tú tienes cuidado de la tierra; le envías lluvia y la haces producir; tú, con arroyos caudalosos, haces crecer los trigales. ¡Así preparas el campo! Tú empapas los surcos de la tierra y nivelas sus terrones; ablandas la tierra con lluvias abundantes y bendices sus productos. Tú colmas el año de bendiciones, tus nubes derraman abundancia; los pastos del desierto están verdes y los montes se visten de gala; los llanos se cubren de rebaños, los valles se revisten de trigales; ¡todos cantan y gritan de alegría! (Sal 65:9-13 DHH)

La lluvia de bendición de Dios viene sobre todos los terrenos que se han preparado, limpiado, terrenos donde se han depositado semillas; Él es quien cuida la tierra, ha estado preparando los campos, sus corrientes de agua llenarán los surcos trazados. Él es quien bendice el producto de la tierra, hace crecer los trigales, será un tiempo de alegría y regocijo.

Cielos Abiertos

Ha llegado el tiempo que del cielo se van a derramar Sus lluvias, y como está escrito: será una lluvia de bendición, todo árbol producirá en abundancia, las cosechas serán abundantes y vendrá Su paz sobre nosotros.

Los asentaré en torno a mi colina y haré que la lluvia llegue a su tiempo: será una lluvia de bendición. Los árboles del campo darán su fruto y la tierra producirá su cosecha; así estarán tranquilamente en su tierra. Y reconocerán que yo soy el Señor cuando rompa las ataduras de su yugo y los libere de quienes los mantienen esclavizados. (Eze 34:26-27 BLPH)

La enseñanza de la Palabra de Dios en nuestra vida es como esa lluvia que riega los campos sembrados, los decretos que salen de la boca del Señor son como el rocío que moja los campos y hace que la tierra produzca.

No deje de recibir la Palabra de Dios, busque escuchar en todo tiempo Su voz, recuerde que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de Su boca. El Rhema de Dios hará producir la tierra, los árboles darán su fruto; Él hablará a su corazón y usted cosechará abundantemente.

Caiga como la lluvia mi enseñanza, y destile como el rocío mi discurso, como llovizna sobre el verde prado y como aguacero sobre la hierba. (Deu 32:2 Spanish LBLA)

Prepare La Tierra

El tiempo de arar y hacer surcos en los campos representan los tiempos difíciles por los cuales las personas atraviesan; no son tiempos agradables ni tampoco placenteros, pero son indispensables y necesarios. Son los tiempos de aflicción o tribulación, que aunque no se entiendan son requeridos para producir las abundantes cosechas.

La excelente noticia es que no son para siempre, tienen tiempo de caducidad; recuerde lo que dice el profeta, no para siempre se trilla el trigo.

El grano es triturado, pero no se le seguirá trillando indefinidamente; debido a que la rueda de la carreta y sus caballos lo dañarán, no se le triturará más. (Isa 28:28 LBLA)

Nos Espera Una Lluvia De Bendiciones


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